TEEA, Seres de Luz y Canalización

Por Francisco Moreno T.

Arcángeles, guías y maestros nos ayudan en la sanación

Arcángeles, guías y maestros nos ayudan en la sanación

En la Terapia Energética Estructural del Aura (TEEA) no podemos dejar de hablar de SERES DE LUZ, porque, aunque uno pretenda mantenerse sobrio en cuanto a elementos místicos o espirituales (la sobriedad siempre es bienvenida en un terapeuta), no podemos olvidar que la sanación es en sí ES UN PROCESO ESPIRITUAL. Sanar -en ese sentido- no es otra cosa que una reconexión con el Alma misma, nuestro Ser Interior profundo que C.G. Jung llamó “Selbst” o “Sí Mismo”, también llamado “Mente Profunda” en Adaba.

Reconocemos a su vez que esta Alma profunda tiene su origen en el Padre-Madre Universal creador de todo, de modo que en el trabajo de sanar nos reconectamos también a esa fuente mayor. La sanación –por tanto- es apoyada y ayudada por seres “de luz”, siendo la luz símbolo de la conciencia espiritual del Padre-Madre. Los seres de luz forman, entre todos y en común unión, una gran red llamada Conciencia de Amor. Aunque son muchos y cada uno con su individualidad, ellos finalmente se sienten y se consideran como UN SOLO GRAN SER.

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ÁNGELES

Los ángeles son seres espirituales de muy alta vibración que vienen directamente del Padre-Madre Universal. Aunque en la biblia se les considera mensajeros, su real función es guerrera. En efecto, ellos están para resguardar el orden de la creación y luchar en favor del Padre-Madre. Su energía -en consecuencia- no puede considerarse ni “buena onda” ni “amorosa” en términos humanos. Sus cuerpos son bellos y poseen alas, y como todos los seres de luz siempre muestran sus pies descalzos.

Los ángeles en general tienen sus propios mundos en otras dimensiones de la creación. No obstante algunos de ellos como parte de su misión están con nosotros y podemos recurrir a ellos cuando lo necesitamos. Ejemplos de eso son los arcángeles, que están en la tierra para brindar ayuda al ser humano.

Muy lejos de las ideas de algunas personas, los ángeles no son seres estáticos e inmutables ni poseen una perfección inhumana. De hecho cuentan con libre albedrío y aun siendo seres de luz, su actitud y naturaleza son “plateadas”, es decir humanas. En ellos hallamos todas las emociones nuestras: alegría, enojo, temor, tristeza, compasión, etc.

Cabe mencionar que dentro de los ángeles hay un grupo que decidió rebelarse y separarse del Padre-Madre Universal. A éstos se les conoce como “ángeles caídos”, y producto de su rebeldía fueron apartados y desterrados a los mundos infernales. Es común que se hagan pasar por seres de luz auténticos, causando daño y engañando a la gente con canalizaciones tergiversadas. A menudo los encontramos metidos en el campo magnético de las personas, causándoles todo tipo de bloqueos y tormentos.

ARCÁNGELES

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En la TEEA decimos que son ángeles que están en la tierra para ayudar al ser humano, pudiendo cualquier ser humano pedir su asistencia en caso de necesitarla. Aunque la metafísica y otras corrientes afirman que hay siete arcángeles, la TEEA plantea que son sólo cinco: Miguel, Gabriel, Zadquiel, Uriel y Rafael, cada uno con funciones o cualidades específicas.

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La ayuda que pueden brindar los arcángeles en la sanación tanto del campo magnético como del emocional, es inconmensurable. Para acceder a ella la manera más recomendable y segura es pidiendo a los propios guías y maestros internos de uno que sean ellos quienes la pidan.

MAESTROS

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Los maestros son seres de luz que también provienen directamente del Padre-Madre Universal y representan –entre otras cosas- su sabiduría y conocimiento. La principal misión de los maestros es instruir a las almas humanas en los mensajes del Padre-Madre y las directrices para ayudarnos como humanidad. Lo que más están enseñando hoy en día es a sanar, ya que es una forma indirecta pero segura de ayudar a despertar la conciencia del ser humano.

Diferente a lo que mucha gente piensa, los auténticos maestros no son almas humanas que alcanzaron una maestría espiritual. Cuando un ser humano alcanza una gran maestría en términos espirituales, es muy probable al morir “ascienda”, lo que significa que se va a la dimensión espiritual (llamada “bardo” o “cielo"). Eso significa que esa alma YA NO ESTÁ ACÁ y lo que sí queda acá es la “carcasa” o campo energético vacío que continúa de alguna manera siendo energizado por la fe de sus seguidores o de personas que recurren a ellos. En el peor de los casos, la carcasa puede ser “colonizada” -es decir ocupada- por entidades imitadoras del bajo astral que la utilizan para engañar.

Estos campos energéticos de maestros “ascendidos” no necesariamente son negativos ya que muchos de ellos pueden ayudar genuinamente en la sanación, pero es muy importante no confundirlos con los auténticos maestros que la TEEA llama “originales”. Estos últimos son seres espirituales de muy alta vibración que vienen directamente desde el Padre-Madre con la misión de enseñar. La mayoría de los seres humanos -no obstante- antes de contactar con un maestro de este tipo, debe primero acceder a sus propios guías y maestro interno.

GUÍAS

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Los guías son seres de luz que pertenecen a nuestra propia alma, y –por tanto- NO son seres externos a nosotros. Esto difiere a lo que mucha gente piensa dentro del ámbito de la sanación: que los guías son seres de luz externos asignados a cada alma humana para acompañarla durante todas sus encarnaciones, y que serían siempre dos. En la TEEA afirmamos que los guías son más bien yoes superiores o “ascendidos” de la persona, de sus vidas pasadas, que representan toda la sabiduría alcanzada en esas vidas, estando en contacto directo con el alma profunda. Algunas veces se les ha llamado ancestros o “abuelos”, pero siempre aludiendo a estos yoes “sabios” que están en conexión con el alma o identidad profunda. En tiempos primitivos, cuando las almas humanas llevaban aún pocas encarnaciones, el rol de guías era cumplido por espíritus de la naturaleza y animales de poder.

En la TEEA vinculamos a los guías con los chakras, ya que es de ahí desde donde constantemente están entrando y saliendo. En cada chakra hay –de hecho- un guía que puede estar más o menos activo dependiendo del trabajo que haya hecho la persona.

EL MAESTRO INTERNO

El “maestro interno” es el ser de luz más importante para alguien que busca no sólo hacer trabajo de sanación, sino también recorrer un camino de crecimiento y desarrollo espiritual. Se ubica en el plexo solar y normalmente posee una luz dorada o amarilla.

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Este ser de luz es el maestro de nuestra propia alma (también llamado "Yo Profundo”) al que debemos buscar a través del íntimo contacto con nosotros mismos en el espacio interior profundo. Esto es así porque desde la perspectiva de la TEEA, el alma -por el solo hecho de provenir del Padre-Madre Universal- ES CONSIDERADA TAMBIÉN UN SER DE LUZ.

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En la TEEA, la idea –antes que estar recurriendo a maestros externos- es aprender a conectar con la infinita fuente de sabiduría y conocimiento que representan tanto los guías como el maestro interno. La conexión no es hacia afuera sino buscando hacia el propio interior. Por eso, tanto la meditación como la canalización centran su punto focal en la zona del plexo solar.

El contacto con el maestro interno se vuelve más estrecho conforme la persona va reconociendo su propio “oro interno” luego de haber hecho un intenso trabajo sobre el aspecto “plateado” (incorruptibilidad ética y trabajo de integración consciente de la propia “sombra”). El Oro es la “energía dorada”, la energía del yo consciente que se obtiene cuando sanamos nuestro ego herido y somos capaces de abrirnos a la experiencia del Yo Profundo.

CANALIZACIÓN SEGURA

TEEA pone especial énfasis no en la canalización en sí misma sino en la idea de “canalización segura”. El motivo de esto es que resulta fundamental que los terapeutas indaguen bien desde dónde están canalizando, y no que solamente lo hagan.

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Para esto la TEEA insiste en que LA CONEXIÓN DEBE SER INTERNA, hacia el plexo solar, pidiendo al propio maestro interno y los propios guías que sean ellos quienes nos den las respuestas. Este propósito es difícil de llevar a cabo cuando se piensa que los guías son seres externos, porque ahí la atención se vuelve hacia el exterior donde seres de todo tipo están esperando a los incautos que buscan establecer comunicación. “Sí, yo soy tu guía” –pueden decir fácilmente, y estar años privando a la persona de conectar con el verdadero maestro de su interior. Muchos seres de oscuridad, campos energéticos varios, o incluso seres extraterrestres operan de esa manera, y no tiene que ver con que puedan decir cosas ciertas o hacer sanación. Su real objetivo es privar a la persona del contacto con su propio ser de luz interno.

COMO SE RECONOCE UN SER DE LUZ

  • Siempre se muestran y muestran su energía, ya que no tienen nada que ocultar.

  • Muestran los pies descalzos (otras entidades no tienen pies humanos)

  • Nunca tocan a la persona

  • Nunca se incorporan o poseen a alguien (la comunicación con ellos es sólo telepática)

  • Nunca molestan ni son irrespetuosos

  • No dan órdenes (sólo sugieren) ni se presentan como autoridades (de hecho, no creen en la autoridad)

  • No amenazan

  • No enjuician ni castigan (aunque pueden enojarse o entristecerse).

LOS FALSOS MAESTROS Y LA CANALIZACIÓN

Es necesario decir que “cualquier canalización que provenga de seres que no son auténticos seres de luz” se considera una canalización INSEGURA, siendo ésta el peligro más directo al que se hallan expuestos los sanadores, canalizadores y personas que practican alguna fe o disciplina espiritual. Esto ocurre básicamente por tres motivos no excluyentes:

  1. Las personas no ponen cuidado de con quién están canalizando, y confían en que todo ser que dice ser de luz, o habla de cosas bellas y espirituales, es realmente de luz.

  2. Las personas tienen implantes que operan como intervenciones, o -en el peor de los casos- tienen alguna entidad incorporada en el aura de la cual no son conscientes.

  3. Las personas son demasiado crédulas y les falta tanto capacidad de análisis crítico como educación sobre cómo operan las entidades que no son de luz para engañar. En general no creen que sea tan común el engaño o bien piensan “eso le pasa a otra gente pero a mí no”, o “no creo que existen seres interesados en andar engañándolo a uno”.

Los cuidados que deben ser puestos a la hora de canalizar nunca son demasiados, lo cual significa estar revisando y revisándose constantemente. La primera gran regla es no creer 100% hasta idealmente haber comprobado o chequeado por otro lado (por ejemplo, palpar directamente el campo energético), y SIEMPRE preguntarse ¿es razonable esto que me están diciendo? Lo razonable tiene que ver acá con la lógica no sólo del pensamiento sino también del sentir: “desde todo lo que sé, ¿me hace sentido este mensaje?”. Cuando siento que no, es necesario volver a preguntar, siempre pidiendo aclaraciones o haciendo la misma pregunta de otras maneras. Cuando es un sí, igual debo estar pendiente y no bajar la guardia.

La idea detrás de esto es que siempre habrá muchos seres intentando comunicarse con nosotros, y que la conexión –por ende- debe ser hecha desde y hacia el interior conectando primero con nuestro plexo solar y poniendo mucha atención a su sensación.

La segunda cosa que hay que tener en cuenta es que el hecho de que un mensaje sea verdadero no quiere decir que se trate de nuestros guías o de un ser de luz. Muchos seres quieren ganarse nuestra confianza, y qué mejor estrategia que decirnos cosas que son verdad o –incluso- ayudarnos a sanar personas. Así ocurre con muchos videntes, tarotistas, sanadores, etc., que son certeros en mucho de lo que dicen, y en las sanaciones que hacen, pero están siendo igual utilizados por entidades. Porque el objetivo de esas entidades es sacar energía de manera encubierta y -lo que resulta peor- privar a esa persona de una real conexión con su interior. En resumen, no importa cuán verdadero seas sanando, percibiendo, o adivinando, lo importante es que sean seres de luz los que estén dando esa información. Si no lo son, terminará siendo caro para esa persona por el cobro que esas entidades harán con él después.

ENTIDADES QUE SE PUEDEN CONFUNDIR CON MAESTROS AUTÉNTICOS

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Entidades de Oscuridad: También conocidos como demonios, son tremendamente comunes al punto que es posible decir que más de 2/3 de la población tiene alguna relación con éstos. Las razones pueden ser muchas: pactos de vidas pasadas, magia negra, permisos entregados de manera consciente o inconsciente, abuso de drogas, contagio por estar en lugares con entidades, poca educación en el ámbito energético, etc. Al respecto hay que decir que sólo las entidades de grado intermedio hacia arriba pueden distorsionar significativamente una canalización. Las de mayor grado, derechamente se pueden hacer pasar por un maestro o guía, incluso dándose aires de santidad. En una persona espiritual (sanador, gurú, vidente, líder religioso), la existencia de estas entidades puede provocar no sólo canalizaciones erradas, sino derechamente actitudes o conductas totalmente desviadas o de “locura”, y ser chupadores de energía de las personas en su entorno.

Ángeles Caídos: Casi todo lo dicho sobre las entidades de oscuridad es aplicable a los ángeles caídos ya que operan de la misma manera. Hay que decir eso sí que son menos frecuentes de encontrar y por ser bellos y “angelicales”, con mayor razón se les confunde con maestros o seres de luz.

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Desencarnados: A menudo hallamos personas que dicen contactarse con las almas o “espíritus” de personas muertas, recibiendo mensajes de éstas. En algunas ocasiones éstos llegan a manifestarse a través de la misma persona, usándola de canal. Al respecto tenemos que decir que NO SON SERES DE LUZ y –es más- no son tampoco las almas de esos fallecidos. Se trata más bien de los campos energéticos de éstos que han quedado como una carcasa; el alma ya no está acá y ha continuado su camino. Eso no quiere decir que canalizar información de éstos sea necesariamente malo sino simplemente que su fuente no es segura. En algunos casos, estas carcasas son tomadas por seres de oscuridad (demonios imitadores) y ahí sí el panorama se complica, ya que la persona creerá que es el fallecido y si tiene un buen concepto de éste, bajará sus defensas.

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Extraterrestres y seres de otras dimensiones: En el universo existen muchos mundos y muchas razas de seres inteligentes. Por supuesto, uno podría considerar a todo aquél que no es de la tierra como un ser extraterrestres, y todo lo que no es de esta dimensión como un ser de otras dimensiones. Lo interesante es que los seres de luz como tales existen en casi todas partes del universo, no obstante ellos al presentarse lo hacen siempre con la identidad de “seres de luz” o –como ya se dijo- “seres trabajando por la obra del Padre-Madre Universal”. En ese sentido, los seres de luz no se identifican como de una raza, planeta o constelación en particular, ni necesitan desplazarse a través de naves espaciales,  siendo muy diferentes a lo que clásicamente consideramos un ser extraterrestre. Estos últimos –tengan o no un discurso espiritual- no son seres de luz. Pueden tener discursos que nos parecen muy espirituales (por hablar de conciencia, de despertar, de amor y paz), pero éstos no corresponden al plan del Padre-Madre universal que busca el despertar real del ser humano. Porque no se trata de un cambio en la vibración o la conciencia planetaria que tenemos que sentarnos a esperar, o mensajes similares, sino un despertar haciendo un trabajo interno y emocional profundo. Así, es muy común que estos seres instalen implantes en las personas que los ponen a canalizar mensajes hermosos pero irreales. Es necesario estar constantemente revisando y retirándolos para evitar empezar a canalizar de manera errónea.

Maestros Ascendidos: Los llamados “maestros ascendidos” -que se consideran así por ser maestros encarnados que al morir “ascendieron” al cielo o bardo- desde nuestra perspectiva no son en general una fuente 100% confiable de energía o canalización.

La razón es que no son realmente “almas”, sino como se dijo anteriormente, se trata más bien de campos energéticos o “carcasas” que esas almas dejaron en este plano al ellas ascender. De hecho si un alma de algún maestro que está en el bardo (cielo) desea “descender” debe hacerlo encarnando nuevamente. No puede volver a esta dimensión en estado incorpóreo.

Por lo tanto, repetimos: los seres espirituales que dicen ser Jesús, Buda, Saint Germain, María Magdalena, etc. NO SON ELLOS sino sólo sus carcasas que quedaron acá. Pueden tener muchísima energía, dada la cantidad de personas que sigue pensando en ellos y recordándoles. Son capaces -por eso- de obrar milagros y grandes sanaciones sin que por eso se trate de una energía conectada directamente a la fuente (recordemos que sólo el alma es un ser de luz auténtico).

Al preguntar a mi propio maestro interno sobre los maestros ascendidos, éste me contestó:

El contacto con maestros ascendidos puede ser positivo en el corto plazo, ya que con su energía se pueden hacer sanaciones. Pero es malo a largo plazo porque hace que la gente se desvié de su verdadero propósito que es desarrollar su propia automaestría. Esto es lo que los extraterrestres quieren, que el ser humano se mantenga buscando siempre afuera y de esa manera no despierte.

Los seres de luz ya son parte de una red universal que es la Conciencia de Amor. No necesitan de federaciones o hermandades universales o galácticas. Estos son más bien conceptos ET

Los maestros ascendidos no son malos en sí mismos y en algunos casos son energías que pueden ayudar muchísimo. Muchos de ellos son “buena onda” (aunque a veces hay que tener cuidado, porque puede tratarse de entidades disfrazadas). Como una forma de respeto se les puede decir maestros, pero sabiendo que no son maestros de los “originales”.