Principales estructuras que encontramos en el Aura:

Por Francisco Moreno T.

En el campo energético o aura de las personas podemos encontrar muchos tipos de estructuras energéticas. Éstas se pueden clasificar según forma, según origen, según función, etc. Las más comunes son:

CORAZAS Y BLOQUES ENERGÉTICOS

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Se perciben en el aura como masas densas y/o rígidas de energía cubriendo a la persona o alguna parte de ésta. A menudo sus formas pueden llegar a ser muy complejas, mientras otras veces se trata sólo de acumulaciones o cristalizaciones energéticas sin mayor definición.

Estas formas pueden venir desde el exterior -lanzadas por otros- o desde el interior, es decir creadas por la misma persona. En este último caso representan patrones emociónales y/o mecanismos psicológicos de la propia persona, creados en esta misma vida o en las pasadas.

Por ejemplo, una coraza podría estar hablando de su necesidad de poner una barrera (frente a los demás o los propios sentimientos); un casco, su necesidad de control o evasión a través del pensamiento; un cuello, su necesidad de reprimir o filtrar lo que se dice (por miedo, o culpa); un bloque en la boca del estómago, su autoexigencia o bien su necesidad de reprimir sentimientos indeseados (como la rabia, por ejemplo), etc.

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En general, entre los distintos bloques energéticos podemos distinguir:

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  1. Mecanismos: formas generalmente definidas que representan algún rasgo o patrón psicológico “defensivo” de la persona frente a sus propios conflictos y dolores, como por ejemplo: represión, racionalización, evitación, negación, control, retraimiento, idealización, autoagresión, etc.

  2. Acumulaciones: masas más o menos amorfas formadas por la acumulación y cristalización de emociones de baja vibración como dolor, pena, miedo, rabia, resentimiento, frustración, desesperanza, etc. 

  3. Objetos: formas de energía que representan objetos que la persona impregnó alguna vez con su propia energía, provocando que ese objeto quede grabado o “marcado” en el aura como una estructura. Estos objetos pudieron ser objetos físicos que la persona alguna vez utilizó y la marcaron emocionalmente o en su identidad (por ejemplo una armadura medieval, una corona, un grillete, un cinturón de castidad), objetos que le causaron la muerte o algún trauma físico (por ejemplo una flecha, una roca, una lanza, una bala de cañón), u objetos que la persona creó con su imaginación y marcaron su identidad (un emblema, un símbolo, una protección).

En todos los casos el trabajo de sanación consiste en sacar las estructuras o disolverlas, ya sea a través de las manos u otras técnicas de intención (energéticas) como afirmaciones, sonido, visualizaciones, esencias, y/o energía de seres de luz.

HERIDAS ENERGÉTICAS

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Tienen la forma de un desgarro o grieta, y cuando se las percibe en el aura se sienten frías como “echando un vientecito”. Representan desgarraduras del tejido del aura, a menudo acompañadas de vacío energético (como si una parte faltara).

Las heridas pueden ser de origen externo (daños externos ocurridos en el aura), como cuando existe magia negra o entidades, o algún trauma físico, o pueden provenir desde el propio interior de la propia persona. En este último caso decimos que la herida pertenece al campo emocional y representa un dolor o trauma emocional en relación a conflictos y tensiones que la propia persona no ha sabido resolver. Estas tensiones al ser muy fuertes provocan desgarros, fugas y vacíos, y la grieta resultante es una herida emocional.

Heridas emocionales típicas (y ubicaciones más típicas) son –por ejemplo- la herida de maltrato (vientre y plexo solar), la herida de abandono (vientre y pecho), la herida de amor (pecho), la herida de autoestima (plexo solar), la herida de abuso sexual (vientre y garganta), la herida de callarse las cosas o no ser escuchado (garganta), etc.

No todas las heridas se encuentran igualmente activas. Algunas de ellas son como un volcán dormido y pueden pasar años y vidas sin producir efectos en la personalidad. No obstante, una experiencia estresante o emocionalmente dura del presente como una desilusión, separación, o la muerte de un ser querido, pueden abrir esas heridas de antes. En ese caso la persona comenzará a sentir emociones negativas intensas como pena, amargura, desesperanza, pesimismo y/o dolor emocional o incluso físico en la zona del cuerpo donde está la herida.

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Sanar una herida no sólo involucra llenar la zona con energía sanadora; a menudo implica también retirar o disolver las estructuras que podría estar impidiendo que la herida se repare. En el caso de las heridas emocionales hay que trabajar estructuras de creencia y yoes de vidas pasadas o de traumas que están a la base del conflicto que provoca la tensión que desgarra el aura. A menudo también es necesario hacer que la persona acepte y pida de vuelta lo que ha entregado o rechazado de sí misma.

LAZOS ENERGÉTICOS

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Tienen la forma de cordones y en el aura se perciben como flujos rígidos de energía como mangueras que salen del campo energético. Suelen estar anclados en alguna zona de la persona: cabeza, cara, cuello, pecho, piernas, plexo solar, vientre o pelvis, o por la espalda.

Los lazos energéticos son propios del campo emocional y representan un tipo de dependencia o atadura energética y emocional con otros sistemas de energía externos a la persona. Es así como encontramos lazos con personas (vivas o fallecidas), con grupos, con lugares, con seres o entidades (de oscuridad, de otros planos, o de naturaleza), dioses (reales o creados), con objetos, etc.

Por supuesto también existen lazos buenos, no obstante su sensación es agradable y no representan ningún problema para la persona. Por el contrario los lazos de dependencia siempre implican una pérdida y atadura energética. A menudo los hallamos acompañados de vacíos, heridas y bloques.

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De esta forma, existen muchas herramientas y técnicas distintas para cortar lazos e impedir que vuelvan a formarse. Se trabaja en la recuperación de las partes de energía que han sido puestas en el otro, así como en cortar posibles ganchos y puentes energéticos instalados por entidades aprovechando esos lazos.

ENTIDADES

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Las entidades o seres de oscuridad son organismos energéticos externos a la persona y los hay de diverso tipo. pueden llegar a generar gran deterioro en una persona, tanto en lo emocional y mental como en lo físico.

Los seres pueden vincularse fundamentalmente de dos maneras distintas a una persona: (1) a través de puentes energéticos, en cuyo caso hallaremos un cordón o “puente” saliendo del campo agarrado a alguna zona de la persona, y (2) de manera directa, literalmente “metido” en el aura y adherido fuertemente a la persona, normalmente por la espalda.

En este último caso es donde hallamos el mayor problema, porque aun cuando una entidad pequeña es limpiable con no demasiada dificultad para alguien que sabe operar estructuras, en el caso de entidades de rango intermedio hacia arriba (igualando o superando el tamaño de la persona) el procedimiento es complejo y requiere resguardos y manejos especiales. Se requiere entre otras cosas: diagnosticar adecuadamente para conocer el grado y tipo de entidad (y evitar engaños por parte de ésta), saber preparar adecuadamente a la entidad para su extracción, desvincular ganchos y aplicar protecciones finales para evitar reinfección. Todos estos procedimientos no pueden ser practicados por principiantes sino solo por terapeutas con experiencia y debidamente especializados y autorizados por los maestros seres de luz.

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Las entidades pueden ser la causa directa de tormentos emocionales e incluso físicos de todo tipo, como angustia, depresión, crisis de pánico, bloqueos emocionales, fatiga, dolores a la columna, fibromialgias, enfermedades donde hay poca explicación médica, etc. El trabajo sobre ellas involucra un conocimiento no tanto del campo emocional sino directamente del campo magnético, y requiere como ningún otro que la persona posea el conocimiento y el temple adecuado, y sepa trabajar con su maestro interno y los arcángeles.

MAGIAS

Las magias son estructuras creadas de forma deliberada a través de una intención o deseo consciente. Su sensación en el campo resulta muy particular, afectando no sólo al campo emocional sino al campo magnético en sí como algo “metido dentro”. Lo normal es que una magia cuente con uno o más núcleos que hallamos en distintas partes del cuerpo, y atravesando las distintas capas del aura. A veces  incluso llegan a estar dentro de la persona, provocando daños2 y bloqueos a nivel de los órganos mismos.

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El propósito de una magia no siempre es dañar, sino muchas veces busca sólo controlar y obligar a alguien a hacer algo que en condiciones normales no haría (como es el caso de los amarres o endulzamientos). En la mayoría de los casos se trata de trabajos mágicos, es decir magia creada profesionalmente a través de rituales por gente que se dedica y estudia el tema. Estos trabajos normalmente incluyen la invocación demoniaca, de manera tal que la víctima al recibir la magia recibe también a los seres de oscuridad que la acompañan.

Otro caso muy distinto es cuando la propia persona es quien ha hecho una automagia, es decir magia creada hacia sí misma, habitualmente con el deseo de protegerse o bloquearse frente a algo. No obstante, dada su rigidez, los efectos de una automagia pueden llegar a ser tan dañinas como los de las magias lanzadas por otros.

Por último, en muchos casos también tenemos magias heredadas, o sea la persona las recibe desde la familia misma, o alguno de sus ancestros a quien la magia fue hecha. Por ejemplo, una magia hecha al padre muchas veces de hereda a los hijos. En ellos también encontraremos la magia adherida y a veces incluso seres de oscuridad de ésta.

El trabajo de extracción de una magia es bastante complejo y, por tratarse de energía tóxica, requiere una serie de resguardos importantes. No basta con sacar la estructura de la magia, que es lo que muchos sanadores hacen pensando que es igual que sacar una estructura emocional. Además de extraer la magia en sí, ésta necesita ser también anulada, y las entidades de oscuridad retiradas y desvinculadas, y la persona protegida y sellada. De lo contrario en un tiempo más retornarán los síntomas, y nuevamente la magia estará donde mismo.