El Origen del Enfoque Estructural del Aura

Por Francisco Moreno Téllez

Estructura de sacrificio.jpg

Hace algunos años me tocó conocer de cerca el trabajo de la sanadora y médica Sofía Vera Peruzzi. Su método hablaba de las estructuras (formas densas de energía en el aura) y de cómo éstas eran la expresión de patrones emocionales, rígidos o tóxicos, del paciente. Cuando una estructura era eliminada, el campo volvía a sentirse liviano y fluido, y el paciente no sólo se sentía mejor sino que lograba un cambio en su forma de ser.

Como psicólogo me impresioné muchísimo, ya que era una manera muy directa de trabajar sobre  la psique del paciente. En la psicoterapia el método es que el o la paciente hable y reflexione sobre su problema, pensando en que la toma de conciencia por sí sola va a producir el cambio. No obstante esto muchas veces se queda sólo en la teoría; hablar o entender no hace necesariamente que una depresión o los complejos de la persona desaparezcan. Desde el método que Sofía me mostraba, los patrones emocionales y psicológicos eran “formas” susceptibles de ser operadas.

Interesado en comprender más, me volqué en los libros sobre el aura para ver si otros autores mencionaban algo acerca de las estructuras y su relación con lo emocional. Por ese entonces –tanto en mi práctica de aprendiz como siendo paciente-  había empezado a percibirlas y a experimentar su realidad por mí mismo, por lo que, pensaba, tenía que haber libros que las mencionaran.

manos que curan.jpg

Mi sorpresa fue grande al ver que en toda la literatura sobre el aura existía muy poca o nula referencia a formas energéticas densas en su interior. Sin embargo, hay que ser justos y decir que la sanadora norteamericana Bárbara Brennan sí las menciona llamándoles “bloques energéticos”. De hecho, el capítulo 12 de su libro “Manos que Curan” se titula “LOS BLOQUES ENERGÉTICOS  Y LOS SISTEMAS DE DEFENSA EN EL AURA”. En él analiza los diferentes tipos de bloques, sus características y diferentes funciones. Dice textualmente:

Todos creamos bloques porque consideramos inseguro el mundo. Los creamos según pautas que implican a todo nuestro sistema energético. Este sistema ha sido concebido para repeler, para defendernos agresiva o pasivamente contra una fuerza que llega del exterior. Está concebido para demostrar poderío y, por tanto, asustar al agresor, o para atraer una atención indirecta, sin que queramos admitir que eso es lo que deseamos.

Por otra parte, en su libro “Rompiendo Lazos” (Ed. Obelisco) la sanadora y vidente mexicana Olga Menéndez también habla de las estructuras llamándoles “ataduras”; al referirse a ellas señala:

Rompiendo+Lazos.jpg

“Todo lo que vamos sintiendo se va formando en nuestro cuerpo emocional; cuando me comentan que sienten como si trajeran un peso en la espalda, yo veo cómo, efectivamente, es así. O, cuando alguien se siente atado de pies y manos frente a una situación, literalmente trae grilletes en ambos miembros. Cuando nos comportamos falsamente, tratando de esconder nuestro verdadero “yo”, nos ponemos máscaras astrales para ser aceptados, para que nos quieran, para que nos teman, para poner límites; cuando estamos deprimidos, el cuerpo emocional está dentro de una bolsa de plástico oscura. (págs. 62-63).”

“También podemos crear costras en lugar de ataduras. Si alguna persona nos humilla o nos hace daño constantemente, es muy probable que hayamos creado una costra en nuestro corazón para protegernos y aminorar el dolor.”(p.63)

Considerando estos antecedentes, era claro que Sofía Vera no era la descubridora de las estructuras, pero para mí tenía el mérito de que su sistema Adaba era simple de aprender y no requería grandes dotes de videncia. De hecho, Adaba enseña que las estructuras pueden ser percibidas sin tanta dificultad a través de las manos al ser el “tacto energético” una habilidad relativamente sencilla de desarrollar para la mayoría. Además, Sofía hablaba no sólo de mecanismos u objetos creados en la vida actual, sino también provenientes de sus vidas anteriores. Por otra parte estaban las estructuras de un origen externo como magias, parásitos y distinto tipo de entidades. Todo eso hacía que su sistema me pareciera más completo que el de Barbara Brennan u Olga Menéndez.

El nacimiento del concepto “estructural”.

Ceguera Cognitiva.jpg

Tratando de encontrar una explicación de por qué en otras terapias energéticas no se hablaba de estructuras, e incluso terapeutas que llevaban décadas trabajando sobre el aura no las conocían, la conclusión a la que llegué es que se trataba de un problema de “mirada”. De hecho en psicología existe el término “ceguera cognitiva”, que señala que las personas muchas veces no son capaces de ver un fenómeno cuando no tienen los conceptos o los mapas mentales que les permiten representárselo cognitivamente. De esta forma se explica, por ejemplo, que aunque los vikingos llegaron a América antes que Colón, no tuvieron la posibilidad de darse cuenta de que era otro continente partiendo por el hecho de que ni siquiera tenían el concepto “continente”. La mayoría de los terapeutas –entonces- no ven estructuras o formas en el aura simplemente porque no contemplan siquiera la posibilidad de su existencia. Aunque sientan que en algunas zonas está rígido, oscuro o pesado, no cuentan con los conceptos que les permiten interpretar eso como algo con significado.

flujo de chakra.jpg

A esto se suma el hecho de que la representación que casi toda la gente tiene de la energía, es abstracta. Eso significa que la conciben como un flujo siempre en movimiento y sin forma. Las filosofías y sistemas orientales, de donde descienden la mayoría de las terapias y enfoques de la sanación, también prefieren hablar en términos de flujo más que de forma; la atención está puesta en la pregunta de “¿qué pasa con el flujo o funcionamiento energético?” más que en qué concretamente hay allí. Entonces se habla de bloqueos (y no de bloques), de fugas (y no de fisuras, lazos o portales), de desequilibrios, de desalineaciones, chakras o canales cerrados o abiertos, etc., y no de qué en concreto está detrás de todo eso.

De esta manera el concepto “estructural”, aplicado a la terapia que hacía Sofía, nació no sólo como una alusión al trabajo con estructuras sino como manera de nombrar una perspectiva o enfoque del que se ha hablado muy poco. A mi juicio la diferencia con otros sistemas no se hallaba en la técnica en sí (la mayoría de las terapias energéticas utilizan también trabajo manual, sonido, canalización de energías, afirmaciones, etc.) sino en el enfoque o entendimiento que había detrás.

Funcional versus Estructural

Se me ocurrió así la distinción entre ESTRUCTURAL y FUNCIONAL, términos que me hacían recordar las dos grandes tendencias de los orígenes de la psicología: el estructuralismo y el funcionalismo. Me parecía que ambos conceptos se podían aplicar plenamente en este análisis de cómo las personas conciben la energía y la terapia energética.

Controldechakra.jpg

De manera muy simplificada diremos que FUNCIONAL es aquella manera de entender el aura que pone su énfasis en el funcionamiento energético (en este caso los flujos), mientras ESTRUCTURAL se refiere más bien a las partes o componentes que están detrás de este funcionamiento (en este caso las formas o estructuras). Podríamos decir también que Funcional se fija en el “estado” mientras que Estructural lo hace en el “patrón” o manera de ser en el tiempo. Por último, Funcional es más bien el resultante mientras Estructural  es la condición de base.

calle+cerrada.jpg

Supongamos que alguien dice: “la calle está bloqueada”. Encontraríamos totalmente obvio preguntar qué cosa (objeto) está causando el bloqueo. Porque no es lo mismo la rama de un árbol que un auto accidentado, o los trabajos en la vía que gente protestando. En todos los casos las causas “estructurales” son muy distintas entre sí, pero el resultado “funcional” es el mismo.

Este razonamiento -aunque lógico- llevado al aura nos parece raro. Si un chakra está bloqueado la gente no piensa “qué hay allí en el chakra, o encima de él, que está causando el bloqueo” sino que inmediatamente se va a lo intangible y sin forma (por ejemplo, las emociones o las energías): “debe ser pena o rabia acumulada, o la “mala vibra” que a uno le lanzan…”.

ESTRUCTURAS recortada.jpg

Hagamos el experimento de preguntar a un grupo de personas qué nos muestra o qué podemos descubrir en el aura. Una mayoría responderá: “el estado de ánimo” o “el estado de salud”, mientras muy pocos dirán “la forma de ser” o “los patrones de conducta, de pensamiento, etc.”. Esto quiere decir que las personas tienden a adoptar la mirada funcional de manera casi intuitiva. Nos parece que el aura es sólo el reflejo de lo que nos ocurre de manera transitoria; esperamos ver los colores que nos digan la emoción que está teniendo el otro.

Y es verdad: si la persona está enojada, podremos sentir su aura alterada y de manera muy distinta a si ha estado una hora meditando; si está triste también será muy distinta a si está alegre; y si está dormida será muy diferente a si ha estado haciendo ejercicio. En todos los casos estamos hablando de distintos estados funcionales del aura. No obstante ¿la persona cambió su manera de ser o modificó algún patrón de su conducta? La respuesta es casi siempre no: sigue siendo la misma en términos estructurales.

cuencos.jpg

Supongamos que la persona se siente baja de energía y acude a una terapia de enfoque funcional. El diagnóstico es que tiene el chakra 1 y 2 bloqueados y desalineados, y el tratamiento consiste en limpiarlos y activarlos utilizando energía y frecuencias de sonido, para luego alinearlos. Posterior a eso la persona se siente mejor.

Desde la mirada estructural –sin embargo- el diagnóstico buscará determinar qué “estructuras” son las causantes del problema. Por ejemplo, podría ser: “esta persona tiene entidades energéticas de bajo rango (con aspecto de babosa o ameba) que están adheridas en la zona de las piernas, y además tiene “magias” heredadas, y además hay un bloque tipo costra en la zona del primer chakra relacionado con experiencias traumáticas de vidas pasadas”.

La ventaja de contar con un diagnóstico estructural es que podemos determinar qué es realmente lo que está produciendo la fuga, el bloqueo o el desequilibrio. Con eso logramos más precisión y, si eliminamos la(s) estructura(s) que está(n) siendo la(s) responsable(s), podremos ver realmente un cambio en la forma de ser y no sólo en el estado del sujeto.

patron+mental.jpg

Por otro lado, el enfoque estructural es mucho más afín con la psicología, porque ésta se interesa en definir no tanto los estados pasajeros como los patrones o mecanismos que definen la manera de ser o comportarse del sujeto. Por ejemplo una persona deprimida puede tener diversos estados emocionales a lo largo de su semana; momentos de alegría incluso. Pero el patrón es la depresión. Entonces el enfoque estructural busca entender las estructuras que están provocando esa depresión, por ejemplo lazos de dependencia con familiares fallecidos, entidades energéticas, heridas y vacíos a nivel de algún chakra. El enfoque estructural –dada su precisión- constituye así un puente mucho más directo entre psique y aura, que lo que puede ser el funcional.

acupuntura-ansiedad.jpg

Con esto no se quiere desmerecer a las terapias con un enfoque funcional, que pueden ser tremendamente útiles en especial para mejorar estados relacionados con la salud física. En el terreno de los síntomas y desequilibrios físicos, una terapia funcional puede llegar a ser más efectiva incluso en el corto plazo que un trabajo sobre estructuras, sobre todo en lo que se refiere a energizar y/o hacer reaccionar al cuerpo si está enfermo o mejorar sus órganos (dependerá siempre del origen que tenga el síntoma físico).

Por lo demás, muchos métodos y técnicas utilizadas por las terapias funcionales sí llegan a afectar las estructuras, pero lo hacen sin mayor conciencia de que lo están haciendo. Por ejemplo, al desbloquear un chakra, el terapeuta puede estar limpiándolo de estructuras o de parásitos. Sin embargo, si no conoce la naturaleza específica de la estructura en cuestión puede ser que ésta no salga del todo (o en el caso de un parásito o entidad, que se esconda o se corra hacia otro lado).

Finalmente, se tiene que decir que tanto la mirada funcional como la estructural son valiosas para un terapeuta. Aun siendo terapeutas estructurales nos beneficiaremos mucho si podemos decir “la energía está fluyendo bien en esta zona del cuerpo” o “acá el chakra se siente bien ahora que hemos trabajado la estructura”, “se activó el flujo en las piernas ahora que retiramos la magia”.

La Terapia ENERGÉTICA Estructural del Aura

El Enfoque Estructural del Aura –si bien en un principio estuvo asociado directamente al método Adaba de Sofía Vera- es como su nombre lo dice, un enfoque. Al separarme de Sofía por diferencias en nuestras maneras de entender y practicar la sanación, decidí tomarlo para caracterizar mi propio método. Así nació la “Terapia Energética Estructural del Aura” o “TEEA” que no es sólo el concepto o enfoque estructural, o el trabajo sobre las estructuras, sino mucho más. TEEA plantea entendimientos no sólo sobre el aura sino sobre la naturaleza y el origen de los seres de luz, las entidades, el ser humano, la vida y la muerte y –por supuesto- el sentido de la sanación. En el futuro probablemente surgirán otras terapias y sistemas que también adoptarán el enfoque estructural como parte del desarrollo y evolución natural de esta línea de sanación.

Más allá de lo estructural

WhatsApp Image 2020-03-04 at 00.07.42.jpeg

Es necesario preguntarse –por último- si Enfoque Estructural es sinónimo de Trabajo Estructural y la respuesta es no. El trabajo que realiza la Terapia Energética Estructural del Aura (así como el de Adaba también) no se reduce a solamente trabajar el aura o las estructuras del aura. Sobre todo, cuando se trabaja a nivel del campo emocional, el trabajo a menudo es mucho más profundo, pues involucra movilizar a fondo la conciencia y la intención del paciente. En el trabajo sobre el campo magnético, por tratarse más de limpiezas o descargas que de terapia profunda, resulta menor este factor.

Pero en ambos casos el aura funciona como PUNTO DE REFERENCIA, ya que lo que sea que estemos tratando y sea cual sea el método o la herramienta que estemos utilizando, lo estructural indicará si hubo o no impacto. Por eso utilizar el Enfoque Estructural es como aplicar una “plantilla” o “test” que permite al terapeuta ver cuál es el resultado energético de lo que hace, entendiendo que si la estructura mutó o desapareció, es porque hubo cambio.

Por ejemplo, si al examinar el aura se ve que hay una herida, y luego de aplicar energía de arcángeles ya no se siente o se percibe mucho más tenue, el terapeuta podrá saber que lo que hizo surtió efecto. Si percibe una entidad y procede a retirarla (directamente o por acción de los maestros y/o arcángeles), y al revisar una por una las capas del campo magnético ve que la entidad efectivamente ya no está, sabrá que tuvo éxito. Si al aplicar una esencia floral ve que la estructura sigue estando, sabrá que no era la esencia adecuada.

Lo estructural, en resumen, más que una técnica es una manera práctica de objetivar lo que sea que vayamos haciendo con el paciente para ayudarle en su sanación. Siempre que éste se sienta mal, en el aura estará(n) la(s) forma(s) energética(s) responsable(s) de su malestar.